Obediencia a los patronos. Hay cristianos de orientación más bien socialista. Un Socialismo democrático, es el sistema que ha influido en Europa. ¿O Suecia no es un país socialista? Sí. ¿Inglaterra no es un país socialista? También. ¿España no progresó en tres lustros de socialismo democrático? Por supuesto. Hecha esta necesaria aclaración, ¿en qué consiste la obediencia a los patronos? Los trabajadores no prosperan porque no entienden la idea simple que Max Weber -luterano, por más señas- describió en su famoso libro La Ética Protestante, que merece ser revisado a fondo otra vez, como lo ha propuesto el profesor Salomón Kalmanovich. ¿Qué es lo que Weber dice exactamente? Que cada trabajador es un ministro de Dios, que allí donde tú laboras, le estás sirviendo a Dios. Y no sólo las profesiones liberales, o de carácter intelectual: Abogados, médicos, ingenieros, científicos o técnicos, sino aún los oficios más humildes, son un ministerio dado por Dios a cada hombre. Ese es un gran aporte de la Reforma Protestante para extirpar el feudalismo e imponer la democracia.
Esclavos, obedezcan en todo a sus amos terrenales, no sólo cuando ellos los estén mirando, como si ustedes quisieran ganarse el favor humano, sino con integridad de corazón y por respeto al Señor. Hagan lo que hagan trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo.
(Colosenses 3: 22-23).
Un abogado que te preste una asesoría legal, no te asesora a ti, sino a Jesús. Un lustrabotas que arregle tus zapatos, se ocupa de los zapatos de Jesús. Una lavandera que lave mi ropa, no lavará la ropa sucia de Darío, está arreglando la ropa de Jesús. Ética del trabajo, desde la perspectiva cristiana. Pero, ¡cuidado! ¿Puedo llegar a mi oficina, o a mi taller, a donde tenga a algunos bajo mi autoridad, con un látigo en la mano a intentar sojuzgarlos o esclavizarlos? No, mil veces no. Todos somos iguales ante Dios, aunque haya que respetar a las autoridades delegadas. Midamos el equilibrio y el balance del cristiano.
Amos, proporcionen a sus esclavos lo que es justo y equitativo,
conscientes de que ustedes también tienen un Amo en el cielo.
(Colosenses 4:1).
En los tiempos de Pablo se decía siervos y esclavos, hoy decimos patronos y trabajadores. El Patrón de los patronos está en el cielo y tomará cuenta de cómo ellos tratan a sus subalternos, pues un principio elemental enseña que el que ejerce autoridad debe someterse a ella.
(Darío Silva-Silva. Extractado del libro Las Llaves del Poder, páginas 244-246)