De hecho, todo lo que se escribió en el pasado se escribió para enseñarnos, a fin de que alentados por las Escrituras, perseveremos en mantener nuestra esperanza.
Vale más el fin de algo que su principio. Vale más la paciencia que la arrogancia. No permitas que el enojo domine tu espíritu, porque el enojo se aloja en lo íntimo de los necios.