Si el creacionismo tiene razón -y resulta difícil cuestionarlo- nuestros indígenas provienen del continente asiático. No haber entendido el monoteísmo rudimentario de sus creencias, fue un grave error de los evangelizadores pioneros. Aún los aborígenes henoteístas pudieron ser convertidos con sagacidad, enfatizándoles al Dios Mayor; en vez de eso, les trastocaron sus deidades menores en los santos romanos. Y, para colmo, Roma incrementa las llamadas canonizaciones en forma alarmante, como ha ocurrido recientemente con varios personajes mexicanos que se suman en el santoral amerindio a Martín de Porres, Ezequiel Moreno, Rosa de Lima, el padre Marianito, etc. Ya algunos proponen que ingrese a ese partenón seudo-politeísta José Gregorio Hernández, el famoso venezolano a cuyo nombre se ha montado un próspero negocio de espiritistas, que pretenden sanar a través de médicos invisibles. Ante estos alarmantes fenómenos, hace falta una Iglesia Cristiana Integral que rescate la esencia de la fe dentro de una correcta lectura de la realidad latinoamericana. Posibilitar el solucionismo bíblico es la consigna.
EL PULPO COLOSAL
Al margen de las tres caudas monoteístas, es una amenaza la vigencia, al borde del tercer milenio, de formas de politeísmo, por el masivo advenimiento a Latinoamérica de religiones del Extremo Oriente. El hinduismo reconoce alrededor de tres millones de dioses, aparte de predicar la doctrina de que el hombre mismo es un ser divino, -autonomismo humanista- defendida, tridente en ristre, por las distintas sectas del sincretismo que se arropa bajo la colcha de retazos espirituales de la Nueva Era, y pretende llenar el vacío metafísico que han dejado la ciencia y la tecnología. Es horrorizante constatar, en personas no aclaradas sobre la neta doctrina del Cristianismo, una enorme curiosidad por las nuevas manifestaciones de la vieja hechicería que asumen rápidamente status de importancia como instituciones sociales en toda Latinoamérica.
El arcaico esoterismo es hoy exoterismo gracias al alud de publicaciones sobre el tema, muchas trivialidades, fábulas para mentes pueriles y gran cantidad de basura editorial. Muchos se quejan, con razón, de la polución física, pero pocos advierten esta polución intelectual moralmente venenosa. Si los astros y las pirámides dan éxito y poder, ¿por qué desaparecieron tan lastimosamente las civilizaciones que les otorgaron carácter protector?. Si la meditación y el yoga producen bienestar, ¿por qué la India y el Tibet, de donde provienen, son países tan harapientos y miserables?
Hoy,-como en los orígenes, como inmediatamente después del diluvio, como siempre-, la guerra del monoteísmo y el politeísmo sigue en pie, con más sofisticados armamentos, pero sin cambios esenciales: Satanás, con su ejército de ángeles caídos y aliados humanos incondicionales, continúa empecinado en su aventura de subversión contra el único Dios verdadero, el mismo que en la Eternidad lo expulsó de su presencia por el orgullo imperdonable de querer igualársele
(Darío Silva-Silva. Extractado del libro El Reto de Dios, páginas 141-144)