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¿Quién es Jesús para Jesús?

Ahora las cosas empiezan a aclararse: Dios es uno en esencia (el ser en sí),  pero trino en subsistencia (el ser en actividad). De hecho, una observación más o menos minuciosa del universo, las criaturas y sus componentes, tiempos, espacios y estados, nos permite percibir atisbos y proyecciones de la Trinidad. He aquí algunas de tales sugerencias creativas del Creador:

 

Trinidad humana: Espíritu, alma y cuerpo.

Trinidad lumínica: Rayos invisibles, rayos visibles y rayos sentidos.

Trinidad atómica: Protón, electrón y neutrón.

Trinidad espacial: Longitud, latitud y altura.

Trinidad temporal: Pasado, presente y futuro.

Trinidad ovípara: Cáscara, clara y yema

Trinidad vegetal: Raíz, árbol y fruto.

Trinidad frutal: Corteza,  pulpa y savia.

Trinidad corporal: Cabeza, tronco y extremidades.

Trinidad orgánica: Órganos ectodermo, mesodermo y endodermo.

Trinidad psíquica: Mente, emociones y voluntad.

Trinidad familiar: Padre, madre, hijo.

Trinidad natural: Reinos animal, vegetal y mineral.

Trinidad gramatical: Sustantivo, verbo y participio.

Trinidad pronominal: Yo, tú, él.

Trinidad geométrica: Triángulo.

Trinidad triangular: Equilátero, escaleno e isósceles.

Trinidad acuática: Sólido, líquido y gaseoso.

 

En este último caso, la esencia es la  misma: H20, según su fórmula química, pero cambia la subsistencia: el iceberg, el río y la niebla son agua manifestada de tres modos distintos.

 

(Darío Silva-Silva. Extractado del libro El Código Jesús, páginas 145-146)

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