La asociación del Espíritu Santo para la Unificación del Cristianismo Mundial está formada por los seguidores de Sun Myung Moon. Para los adeptos de esta secta su fundador es padre y maestro, mesías salvador y señor del segundo advenimiento. El sostiene haber recibido una revelación directa de Jesús, quien lo escogió para completar la misión que él tan solo pudo iniciar hace dos mil años. Cristo no alcanzó a coronar su intento de ser el Mesías creador de la familia perfecta, porque fue sacrificado en la cruz, lo cual hizo necesaria la venida de otro mesías. Jesús consiguió, ciertamente, la redención espiritual del hombre, pero Moon es el encargado de redimirlo físicamente, engendrando hijos perfectos.
Para los moonies la creación es una proyección de Dios, su forma externa, su cuerpo. Todo se divide en macho y hembra. Dios es el elemento masculino, y la creación el femenino. La caída del hombre consistió en una relación sexual de Eva con Satanás, de la que fue víctima Adán al entrar en relaciones sexuales con ella, lo cual dañó las generaciones humanas, al mancillarlas con el pecado, e hizo necesaria la presencia de un mesías perfeccionador. Este, que es Moon en persona, tiene hijos perfectos por generación y por adopción (los que creen en él son los últimos). Corea, patria de este personaje, es el lugar de la Nueva Jerusalén, donde se establecerá el Reinado de Cristo sobre la Tierra.
Los miembros de esta secta, de fuerte influencia política y económica en los propios Estados Unidos, consideran a Moon y su mujer como sus verdaderos padres y viven en comunas disciplinadas y sujetas estrictamente a esta pareja. Moon ha tenido problemas con la ley por malversación económica.
(Darío Silva-Silva. Extractado del libro El Eterno Presente, página 133)