EL DAÑO MENTAL (Parte 2)
El aplaudido pastor y cantautor español Marcos Vidal ofrece piezas musicales que muestran –cosa extraña en el mundo evangélico- que los hijos de Dios también se enamoran. La linda Jacie Velásquez lidera un movimiento a favor de la virginidad antes del matrimonio. Artistas como estos contrarían el estilo pornográfico de los últimos cincuenta años en la música popular para hablar otra vez – ¡gracias a Dios!- de valores familiares. Profundas transformaciones habrán de operarse en el seno de la sociedad, para que veamos a una juventud sana y respetada en sus derechos fundamentales, incluido el que bien podría llamarse derecho al erotismo, que se le ha negado por tanto tiempo. El cambio que se requiere es solo un camino de regreso a los valores éticos de la Civilización Cristiana Occidental. Por eso ahora, cuando se ensaya la educación sexual –sin duda necesaria- hemos de ofrecerla en una perspectiva correcta, dentro del invariable plan divino. No se ha iniciado ninguna nueva era, solo el siglo XXI de la era cristiana. ¿Qué sucederá entonces? O afianzaremos una humanidad posfreudiana y otra vez bíblica, o deberemos prepararnos para una nueva conflagración de Sodoma y Gomorra, o, talvez, el diluvio atómico, no del todo descartable en la cuarta guerra mundial que ya se libra contra el terrorismo. ¿Cuarta? Si, la tercera fue la guerra fría. Pone los pelos de punta la señal dada por Jesús sobre el final de los tiempos:
“Tal como sucedió en los tiempos de Noé, así también será cuando venga el Hijo del Hombre” (Lucas 17:26).
“Lo mismo sucedió en tiempos de Lot: comían y bebían, compraban y vendían. Pero el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre y acabó con todos” (Lucas 17: 28-29).
Tanto en los tiempos de Noé como en los de Lot, se habían garantizado los derechos de los homosexuales. (Oh, Señor, ¿qué has querido decirnos?) Sorprende que pensadores no religiosos reconozcan la existencia del pecado sexual, en un mundo renuente a aceptar la culpabilidad humana. Por ejemplo, Georges Bataille ofrece esta visión del remordimiento:
“El recuerdo del pecado no es ya afrodisíaco, como lo era el pecado; pero en el pecado todo se transforma al fin, y un sentimiento de catástrofe, o una desilusión, es lo que sigue al goce”.
La alternativa radical es erotismo-pecado o erotismo-bendición; lo primero, siempre traerá frustraciones; lo segundo, completa satisfacción. Esta no puede conquistarse sino mediante la información franca sobre la sexualidad humana, tema que ha sido atrozmente maltratado durante mucho tiempo en nombre de una fe -la bíblica- que es, precisamente, la única que ofrece, en su vitalismo espiritual, la correcta visión integral sobre la vida humana.
Darío Silva-Silva. Extractado del libro Sexo en la Biblia, páginas 174-176)
VISIÓN INTEGRAL
(Antología de textos de nuestro pastor presidente)