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Los Odres Viejos

El Vino Nuevo (Parte 2) No se pase por alto que el propio Pablo recomienda a su discípulo Timoteo consumir un poco de vino en vez de agua.  A causa de problemas  que, al parecer, tenía con su flora intestinal.  No lo invita a volverse dipsómano, sino a beneficiarse de las virtudes digestivas del vino.  Los borrachos no heredarán el Reino de Dios. Es una obviedad que Jesús mismo comparó al vino con su propia sangre en la institución de la Cena, como lo había profetizado Jacob milenios atrás en Egipto, antes de su muerte, al testar sobre  Judá esta misteriosa profecía: “Lava su ropa en vino, Su manto, en la sangre de uvas”.  Génesis 49: 11b Sangre y vino ligados en un símbolo profético. Jesús, descendiente de Judá, dio cumplimiento a esa palabra cuando su vestidura se tiñó de sangre por los pecados del mundo.  El vino representa, en un lenguaje alegórico que nadie podría pasar por alto, tanto la sangre de Cristo como el estado de euforia que produce el Espíritu Santo.  Tal vino nuevo no puede echarse en odres viejos, advierte en forma terminante Nuestro Señor.  Cada época histórica con sus particulares retos recibe revelaciones nuevas y actualistas; por eso la iglesia se ve sometida a continua renovación. Al iniciarse la posmodernidad con pronósticos tan inquietantes como los que el horizonte nos permite otear, el Espíritu del Señor, experto en renovaciones, trae un vino nuevo, de agradable bouquet, tomado de la vieja cepa pero enriquecido con nuevos ingredientes.  Los japoneses descubrieron que el vino chileno, obtenido de cepas francesas y españolas, se ha enriquecido con el aporte de los minerales de la tierra austral, y por eso, es el favorito de los ‘gringos amarillos’. Hay odres viejos individuales y colectivos que deben romperse y reemplazarse, si queremos asimilar ese nuevo vino de la vieja cepa que hoy nos llega por la revelación espiritual, mejorado con elementos de la nueva tierra donde la vid ha sido plantada.  El viñedo asimila otros insumos nutritivos que deberían mejorar la calidad de su producto a la hora de servirlo a la mesa para beneficio de los consumidores. (Darío Silva-Silva. Extractado del libro El Eterno Presente, página 114-115) VISIÓN INTEGRAL (Antología de textos de nuestro pastor presidente)  
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