31Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias y toda forma de malicia.
En la cárcel, Nelson Mandela al ser torturado pidió agua, pero recibió del director orines
sobre su cabeza, años después, siendo presidente Mandela, lo vio en el restaurante y lo
invito a su mesa a compartir el alimento. El mundo y las personas instrumentalizadas por
el enemigo y sus propias experiencias pueden hacernos tanto daño que dejan cicatrices
en el alma y un espíritu rebelde que reclama a Dios por sus aflicciones y sufrimientos; el
verso inicial señala tales secuelas a quienes siendo hijos de luz nos deja un propósito
concreto y que solo en lo personal alcanzaremos desde lo íntimo, lo secreto hacia lo
público.