7 El Señor sintió afecto por ti y te eligió, aunque no eras el pueblo más numeroso, sino el más insignificante de todos. 8El Señor te ama y quería cumplir su juramento a tus antepasados; por eso te rescató de la esclavitud, del poder del faraón, el rey de Egipto, y te sacó con gran despliegue de fuerza. 9Por tanto, reconoce que el Señor tu Dios es el único Dios, el Dios fiel, que cumple su pacto por mil generaciones y muestra su fiel amor a quienes lo aman y obedecen sus mandamientos
Encontré el siguiente escrito: “Los tiempos de llanto son ideales para la siembra: la tierra
no debe estar demasiado seca, las semillas remojadas en las lágrimas de una ansiedad
sincera brotarán más rápidamente. La sal de lágrimas llenas de oración darán a la buena
semilla un sabor que las protegerá del gusano: la verdad expresada con tremenda
sinceridad contiene una doble vida. En vez de detener nuestra siembra debido a nuestro
llanto, redoblemos nuestros esfuerzos porque la estación es muy propicia.
Aquel que siembra con risas sin dolor sin dificultad verá como la lluvia, el crecer del rio y
los vientos la azotan y destruyen, al final verá su ruina. El dolor, la rudeza del mundo nos
hace reconocer la necesidad de una segura esperanza y un Salvador, por lo cual
debemos considerar lo siguiente antes que nada y así vivir seguro.