1 Por tanto, imiten a Dios como hijos muy amados 2 y lleven una vida de amor, así como Cristo nos amó y se entregó por nosotros como ofrenda y sacrificio fragante para Dios.
La santidad no es un estado, es un “proceso” de renovación, no somos perfectos, sino perfectibles. Debemos llevar una vida de amor, como ofrenda y sacrificio fragante a Dios. Llevar una vida de amor, es imitar a Dios.
- Rechazar, despojarse del viejo hombre
- Renovar, cambiar la mente
- Revestir, tomar la nueva naturaleza
- Reafirmar, desechar la mentira
- Reconvenir, usar la ira para lo bueno
- Reprender, no da lugar al diablo
- Reavisar, trabajar honradamente
- Repartir, ayudar al necesitado
- Reflejar, hablar palabras edificantes
- Reavivar, mantener el fuego espiritual
- Renunciar, cortar los resabios
- Rebosar
- Reconciliar, dar y recibir perdón