25 Yo sé que mi redentor[a] vive,
y que al final triunfará sobre la muerte.
26 Y, cuando mi piel haya sido destruida,
todavía veré a Dios con mis propios ojos.
27 Yo mismo espero verlo;
espero ser yo quien lo vea, y no otro.
¡Este anhelo me consume las entrañas!
Los saduceos en los tiempos de Cristo negaban la resurrección de los muertos, negaban la existencia continuada del alma después de la muerte, pero veremos muchos argumentos en el N.T., a favor de esta doctrina fundamental para nosotros los cristianos.
- El hecho de la resurrección
- La naturaleza del cuerpo resucitado
- Que demostró la resurrección
- La importancia de la resurrección
- Existe la reencarnación