10Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con la diestra de mi justicia.
La mano de Dios, miembro del cuerpo mencionado más de 1500 veces en la Biblia, traducido
por la palabra yad, que es la letra yod del tetagrama yhWh “El Señor”, en la tradición Judeo-
cristiana, representa el conocimiento, el poder y la autoridad de Dios.
En el AT, las manos o la mano de Dios se usan infinidad de veces en un sentido simbólico;
expresan Su Poder al conducir a Su pueblo, mostrar un milagro a Su favor o hacia una
persona, darle Su Provisión o Su Providencia o dar a conocer un castigo; en el NT, Jesús
invita a sus discípulos a tomar el pan y el vino directamente desde sus manos, lava sus pies,
sana la mano seca, toma al Pedro que se hundía, da vida al joven muerto, recibe a los niños y
los bendice poniendo sus manos sobre ellos, tumba las mesas de los cambistas, enseña
sobre el pago del impuesto, pone de nuevo la oreja al soldado, enseña sus manos el día de
su resurrección entre otras acciones.
En cuanto a la iglesia, somos Sus manos extendidas, adentrémonos hoy para afirmarnos en
nuestro servicio dentro y fuera de la iglesia, descubramos que nos revela el Señor por medio
de Sus Manos y por fe seamos las manos de Cristo. ¿Qué encontramos en ellas para
enardecer nuestros corazones y salir dispuestos, como los apóstoles, a seguirle y servirle con
más amor y fe?, ¿Actuamos a través de ellas como él lo hizo? ¿Tratamos a los demás como
lo hizo él? Comprendamos que en este tiempo él usa nuestras manos, ¡Agárrate duro!
Rev. Jaime A. Blanco