5 »Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada.6 El que no permanece en mí es desechado y se seca, como las ramas que se recogen, se arrojan al fuego y se queman.7 Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá.7 Mi Padre es glorificado cuando ustedes dan mucho fruto y muestran así que son mis discípulos.