15Así que ofrezcamos continuamente a Dios, por medio de Jesucristo, un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que confiesan su nombre.
¿Cuál es la medida de tu alabanza a Dios? La medida de tu amor a Dios. Lo alabas en la medida en que lo amas, y ¿cómo debes alabar a Dios? Con todo tu corazón, toda tu alma, toda tu mente y todas mis fuerzas. Así debes alabar a Dios, porque así es como lo amas.
Rev. Eduardo Rojas
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