8 “¿Qué afirma entonces? «La palabra está cerca de ti; la tienes en la boca y en el corazón». Esta es la palabra de fe que predicamos”
¡Tan cerca, pero tan lejos!¿Cuántos hemos hecho la oración de fe?, pero estamos tan lejos. Dios quiere tener con nosotros una relación, no una religión. Lo que transforma nuestras vidas es el tiempo que pasamos con Él.
Un dicho popular afirma que: “el que anda entre la miel, algo se le pega”; ¿Con quién estamos andando?, que se note que andamos con Dios.
Es una relación con Dios, no una religión.
1- PALABRA DE DIOS [Santiago 1:22-25 NVI]
La palabra, es el vehículo que nos lleva a conocer más de Dios. Si colocamos en práctica todo lo que dice la Palabra de Dios, todas las bendiciones que allí se mencionan, se harán realidad en nuestras vidas. Es por esto, que como hijos de Dios debemos desearla, escucharla, examinarla, vivirla, amarla y practicarla.
La transformación real de nuestras vidas a través de su Palabra ocurre, en la medida en que la leamos y la estudiemos; a través de la Palabra, el Señor nos alimenta, sana y rescata; así mismo, adquirimos crecimiento, sabiduría y una vida íntegra.
2- EL COMPAÑERÍSMO [Salmos 133:1-3 NVI]
Es imposible conocer más de Dios sin conocer a las personas de Dios.
¿Por qué nos va bien?, no es por estar juntos, es por vivir en armonía. Debemos vivir en armonía en casa; no permitamos que el enemigo nos distancie. Hay momentos en que es necesaria la soledad, pero la regla general es que es bueno y delicioso habitar con los hermanos en unidad. Debemos ser cuidadosos con esos comentarios nada que ver, que terminan dañando el compañerísmo, la unidad y la armonía; si vamos abrir nuestra boca que sea para bendecir.
3- INTIMIDAD CON DIOS [Jeremías 33:3 NVI]
Si queremos conocer más de Dios, debemos tener intimidad con Él. Es necesario el tiempo en silencio que pasamos con Dios.
Nuestro lugar es pregonando el evangelio a todos los que se están perdiendo. Es el tiempo de reprender a los malos y animar a los buenos. Entendamos que, Dios es más poderoso que cualquiera que se ponga enfrente, contra el plan de Dios.
Dios le decía a Elías que no debía esperar constantes milagros para vencer el mal, sino que debía continuar con el trabajo sencillo de cada día, que es fruto de la paciencia y de la fe.
¿Qué haces aquí?
Es el tiempo de cumplir con el propósito de Dios para tu vida, pero eso sólo lo encuentras en la intimidad de su presencia.