11 En mi corazón atesoro tus dichos para no pecar contra ti.12 ¡Bendito mares, Señor! ¡Enséñame tus estatutos!13 Con mis labios proclamó todas las leyes que ha promulgado.14 Me regocijo en el camino de tus mandatos más que en todas las riquezas.15 En tus preceptos medito y pongo mis ojos en tus sendas.15 En tus estatutos hallo mi deleite y jamás olvidaré tu palabra.
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Rev. Darío Silva-Silva
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