35 Y el ángel dijo:
—El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra.
Así que al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios. 36 También tu
parienta Elisabet va a tener un hijo en su vejez; de hecho, la que decían que era
estéril ya está en el sexto mes de embarazo. 37 Porque para Dios no hay nada
imposible.