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Septiembre 15 | Él te protegerá de todo mal

Septiembre 15 | Él te protegerá de todo mal

Señor Jesús, pido que cada día me protejas de todo mal.

22 Vale más la buena fama que las muchas riquezas,
    y más que oro y plata, la buena reputación.

El rico y el pobre tienen esto en común:
    a ambos los ha creado el Señor.

El prudente ve el peligro y lo evita;
    el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias.

Recompensa de la humildad y del temor del Señor
    son las riquezas, la honra y la vida.

Espinas y trampas hay en la senda de los impíos,
    pero el que cuida su vida se aleja de ellas.

Instruye al niño en el camino correcto,
    y aun en su vejez no lo abandonará.

Los ricos son los amos de los pobres;
    los deudores son esclavos de sus acreedores.

El que siembra maldad cosecha desgracias;
    el Señor lo destruirá con el cetro de su ira.

El que es generoso será bendecido,
    pues comparte su comida con los pobres.

10 Despide al insolente, y se irá la discordia
    y cesarán los pleitos y los insultos.

11 El que ama la pureza de corazón y tiene gracia al hablar
    tendrá por amigo al rey.

12 Los ojos del Señor protegen el saber,
    pero desbaratan las palabras del traidor.

13 «¡Hay un león allá afuera! —dice el holgazán—.
    ¡En plena calle me va a hacer pedazos!»

14 La boca de la adúltera es una fosa profunda;
    en ella caerá quien esté bajo la ira del Señor.

15 La necedad es parte del corazón juvenil,
    pero la vara de la disciplina la corrige.

16 Oprimir al pobre para enriquecerse,
    y hacerle regalos al rico,
    ¡buena manera de empobrecerse!

 

Los treinta dichos de los sabios

 

17 Presta atención, escucha mis palabras;
    aplica tu corazón a mi conocimiento.
18 Grato es retenerlas dentro de ti,
    y tenerlas todas a flor de labio.
19 A ti te las enseño en este día,
    para que pongas tu confianza en el Señor.
20 ¿Acaso no te he escrito treinta dichos
    que contienen sabios consejos?
21 Son para enseñarte palabras ciertas y confiables,
    para que sepas responder bien a quien te pregunte.

 

1

 

22 No explotes al pobre porque es pobre,
    ni oprimas en los tribunales a los necesitados;
23 porque el Señor defenderá su causa,
    y despojará a quienes los despojen.

 

2

 

24 No te hagas amigo de gente violenta,
    ni te juntes con los iracundos,
25 no sea que aprendas sus malas costumbres
    y tú mismo caigas en la trampa.

 

3

 

26 No te comprometas por otros
    ni salgas fiador de deudas ajenas;
27 porque, si no tienes con qué pagar,
    te quitarán hasta la cama en que duermes.

 

4

 

28 No cambies de lugar los linderos antiguos
    que establecieron tus antepasados.

 

5

 

29 ¿Has visto a alguien diligente en su trabajo?
    Se codeará con reyes, y nunca será un Don Nadie.

 

6

 

23 Cuando te sientes a comer con un gobernante,
    fíjate bien en lo que tienes ante ti.
Si eres dado a la glotonería,
    domina tu apetito.
No codicies sus manjares,
    pues tal comida no es más que un engaño.

 

7

 

No te afanes acumulando riquezas;
    no te obsesiones con ellas.
¿Acaso has podido verlas? ¡No existen!
    Es como si les salieran alas,
    pues se van volando como las águilas.

 

8

 

No te sientes a la mesa de un tacaño,
    ni codicies sus manjares,
    que son como un pelo en la garganta.
«Come y bebe», te dirá,
    pero no te lo dirá de corazón.
Acabarás vomitando lo que hayas comido,
    y tus cumplidos no habrán servido de nada.

 

9

 

A oídos del necio jamás dirijas palabra,
    pues se burlará de tus sabios consejos.

 

10

 

10 No cambies de lugar los linderos antiguos,
    ni invadas la propiedad de los huérfanos,
11 porque su Defensor es muy poderoso
    y contra ti defenderá su causa.

 

11

 

12 Aplica tu corazón a la disciplina
    y tus oídos al conocimiento.

 

12

 

13 No dejes de disciplinar al joven,
    que de unos cuantos azotes no se morirá.
14 Dale unos buenos azotes,
    y así lo librarás del sepulcro.

 

13

 

15 Hijo mío, si tu corazón es sabio,
    también mi corazón se regocijará;
16 en lo íntimo de mi ser me alegraré
    cuando tus labios hablen con rectitud.

 

14

 

17 No envidies en tu corazón a los pecadores;
    más bien, muéstrate siempre celoso en el temor del Señor.
18 Cuentas con una esperanza futura,
    la cual no será destruida.

 

15

 

19 Hijo mío, presta atención y sé sabio;
    mantén tu corazón en el camino recto.
20 No te juntes con los que beben mucho vino,
    ni con los que se hartan de carne,
21 pues borrachos y glotones, por su indolencia,
    acaban harapientos y en la pobreza.

 

16

 

22 Escucha a tu padre, que te engendró,
    y no desprecies a tu madre cuando sea anciana.
23 Adquiere la verdad y la sabiduría,
    la disciplina y el discernimiento,
    ¡y no los vendas!
24 El padre del justo experimenta gran regocijo;
    quien tiene un hijo sabio se solaza en él.
25 ¡Que se alegren tu padre y tu madre!
    ¡Que se regocije la que te dio la vida!

 

17

 

26 Dame, hijo mío, tu corazón
    y no pierdas de vista mis caminos.
27 Porque fosa profunda es la prostituta,
    y estrecho pozo, la mujer ajena.
28 Se pone al acecho, como un bandido,
    y multiplica la infidelidad de los hombres.

 

18

 

29 ¿De quién son los lamentos? ¿De quién los pesares?
    ¿De quién son los pleitos? ¿De quién las quejas?
    ¿De quién son las heridas gratuitas?
    ¿De quién los ojos morados?
30 ¡Del que no suelta la botella de vino
    ni deja de probar licores!

31 No te fijes en lo rojo que es el vino,
    ni en cómo brilla en la copa,
    ni en la suavidad con que se desliza;
32 porque acaba mordiendo como serpiente
    y envenenando como víbora.
33 Tus ojos verán alucinaciones,
    y tu mente imaginará estupideces.
34 Te parecerá estar durmiendo en alta mar,
    acostado sobre el mástil mayor.
35 Y dirás: «Me han herido, pero no me duele.
    Me han golpeado, pero no lo siento.
¿Cuándo despertaré de este sueño
    para ir a buscar otro trago?»

 

19

 

24 No envidies a los malvados,
    ni procures su compañía;
porque en su corazón traman violencia,
    y no hablan más que de cometer fechorías.

 

20

 

Con sabiduría se construye la casa;
    con inteligencia se echan los cimientos.
Con buen juicio se llenan sus cuartos
    de bellos y extraordinarios tesoros.

 

21

 

El que es sabio tiene gran poder,
    y el que es entendido aumenta su fuerza.
La guerra se hace con buena estrategia;
    la victoria se alcanza con muchos consejeros.

 

22

 

La sabiduría no está al alcance del necio,
    que en la asamblea del pueblo nada tiene que decir.

 

23

 

Al que hace planes malvados
    lo llamarán intrigante.
Las intrigas del necio son pecado,
    y todos aborrecen a los insolentes.

 

24

 

10 Si en el día de la aflicción te desanimas,
    muy limitada es tu fortaleza.

 

25

 

11 Rescata a los que van rumbo a la muerte;
    detén a los que a tumbos avanzan al suplicio.
12 Pues aunque digas, «Yo no lo sabía»,
    ¿no habrá de darse cuenta el que pesa los corazones?
¿No habrá de saberlo el que vigila tu vida?
    ¡Él le paga a cada uno según sus acciones!

 

26

 

13 Come la miel, hijo mío, que es deliciosa;
    dulce al paladar es la miel del panal.
14 Así de dulce sea la sabiduría a tu alma;
    si das con ella, tendrás buen futuro;
    tendrás una esperanza que no será destruida.

 

27

 

15 No aceches cual malvado la casa del justo,
    ni arrases el lugar donde habita;
16 porque siete veces podrá caer el justo,
    pero otras tantas se levantará;
los malvados, en cambio,
    se hundirán en la desgracia.

 

28

 

17 No te alegres cuando caiga tu enemigo,
    ni se regocije tu corazón ante su desgracia,
18 no sea que el Señor lo vea y no lo apruebe,
    y aparte de él su enojo.

 

29

 

19 No te alteres por causa de los malvados,
    ni sientas envidia de los impíos,
20 porque el malvado no tiene porvenir;
    ¡la lámpara del impío se apagará!

 

30

 

21 Hijo mío, teme al Señor y honra al rey,
    y no te juntes con los rebeldes,
22 porque de los dos recibirás un castigo repentino
    ¡y quién sabe qué calamidades sobrevendrán!

 

Otros dichos de los sabios

 

23 También estos son dichos de los sabios:

No es correcto ser parcial en el juicio.

24 Maldecirán los pueblos, y despreciarán las naciones,
    a quien declare inocente al culpable.
25 Pero bien vistos serán, y bendecidos,
    los que condenen al culpable.

26 Una respuesta sincera
    es como un beso en los labios.

27 Prepara primero tus faenas de cultivo
    y ten listos tus campos para la siembra;
    después de eso, construye tu casa.

28 No testifiques sin razón contra tu prójimo,
    ni mientas con tus labios.
29 No digas: «Le haré lo mismo que me hizo;
    le pagaré con la misma moneda».

30 Pasé por el campo del perezoso,
    por la viña del falto de juicio.
31 Había espinas por todas partes;
    la hierba cubría el terreno,
    y el lindero de piedras estaba en ruinas.
32 Guardé en mi corazón lo observado,
    y de lo visto saqué una lección:
33 Un corto sueño, una breve siesta,
    un pequeño descanso, cruzado de brazos…
34 ¡y te asaltará la pobreza como un bandido,
    y la escasez, como un hombre armado!

Estímulo a la generosidad

 

Ahora, hermanos, queremos que se enteren de la gracia que Dios les ha dado a las iglesias de Macedonia. En medio de las pruebas más difíciles, su desbordante alegría y su extrema pobreza abundaron en rica generosidad. Soy testigo de que dieron espontáneamente tanto como podían, y aún más de lo que podían, rogándonos con insistencia que les concediéramos el privilegio de tomar parte en esta ayuda para los santos. Incluso hicieron más de lo que esperábamos, ya que se entregaron a sí mismos, primeramente al Señor y después a nosotros, conforme a la voluntad de Dios. De modo que rogamos a Tito que llevara a feliz término esta obra de gracia entre ustedes, puesto que ya la había comenzado. Pero ustedes, así como sobresalen en todo —en fe, en palabras, en conocimiento, en dedicación y en su amor hacia nosotros—, procuren también sobresalir en esta gracia de dar.

No es que esté dándoles órdenes, sino que quiero probar la sinceridad de su amor en comparación con la dedicación de los demás. Ya conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que, aunque era rico, por causa de ustedes se hizo pobre, para que mediante su pobreza ustedes llegaran a ser ricos.

10 Aquí va mi consejo sobre lo que les conviene en este asunto: El año pasado ustedes fueron los primeros no solo en dar, sino también en querer hacerlo. 11 Lleven ahora a feliz término la obra, para que, según sus posibilidades, cumplan con lo que de buena gana propusieron. 12 Porque, si uno lo hace de buena voluntad, lo que da es bien recibido según lo que tiene, y no según lo que no tiene.

13 No se trata de que otros encuentren alivio mientras que ustedes sufren escasez; es más bien cuestión de igualdad. 14 En las circunstancias actuales la abundancia de ustedes suplirá lo que ellos necesitan, para que a su vez la abundancia de ellos supla lo que ustedes necesitan. Así habrá igualdad, 15 como está escrito: «Ni al que recogió mucho le sobraba, ni al que recogió poco le faltaba».

 

Tito enviado a Corinto

 

16 Gracias a Dios que puso en el corazón de Tito la misma preocupación que yo tengo por ustedes. 17 De hecho, cuando accedió a nuestra petición de ir a verlos, lo hizo con mucho entusiasmo y por su propia voluntad. 18 Junto con él les enviamos al hermano que se ha ganado el reconocimiento de todas las iglesias por los servicios prestados al evangelio. 19 Además, las iglesias lo escogieron para que nos acompañe cuando llevemos la ofrenda, la cual administramos para honrar al Señor y demostrar nuestro ardiente deseo de servir. 20 Queremos evitar cualquier crítica sobre la forma en que administramos este generoso donativo; 21 porque procuramos hacer lo correcto, no solo delante del Señor, sino también delante de los demás.

22 Con ellos les enviamos a nuestro hermano que nos ha demostrado con frecuencia y de muchas maneras que es diligente, y ahora lo es aún más por la gran confianza que tiene en ustedes. 23 En cuanto a Tito, es mi compañero y colaborador entre ustedes; y en cuanto a los otros hermanos, son enviados de las iglesias, son una honra para Cristo. 24 Por tanto, den a estos hombres una prueba de su amor y muéstrenles por qué nos sentimos orgullosos de ustedes, para testimonio ante las iglesias.

Amor Como Fuego | Hillsong en Español

Pon tu vida en manos del Señor, Él te protegerá de todo mal. #ConDiosSiempreEnContacto

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5 Comentarios
Luciana

Me enseño la gran gracia el Señor Jesucristo

Eduardo Rodríguez Pérez

Te pido Señor que la ganerosidad sea para mi una regla constante de comportamiento, que en todo momento este dispuesto a presentar todo lo que tengo, sin esperar nada a cambio,Amen

Carlos Iván Molina Roa

No digas: «Le haré lo mismo que me hizo;
le pagaré con la misma moneda» Amén 🙏
Señor que nuestra vida, sea buscar la santificación progresiva, para nunca pagar mal por mal. Llenanos de sabiduría, te la pedimos Señor, para actuar conforme a ti te agrada. Lo oramos en Cristo Jesús. Amén y Amén.

BERTHA

GRACIAS PODEROSO PADRE POR PROTEGERNOS .SOMOS TUS HIJOS ,NUNCA NOS SUELTES DE TUS PODEROSAS MANOS CUBRENOS ,ABRENOS CAMINOS EN TODO , TU ERES TODO EN NUESTRAS VIDAS. GRACIAS GRACIAS. POR ESTAR SIEMPRE CON NOSOTROS.
TE ADORAMOS.

BERTHA

GRACIAS GRACIAS, SOLO TENGO AGRADECIMIENTOS AMADO DIOS POR TI, SIEMPRE CUIDANDONOS PROTEGIENDONOS. ORIENTANDONOS. GUIANDONOS. GRACIAS GRACIAS. IGUAL MIS HIJOS NIETOS HNO Y FLIA PODEROSO PADRE HERMOSO .TE AMO TE AMAMOS

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