Amado Señor tu has convertido mi desgracia en esperanza, eres el amor de mi vida. Te adoro.
El rollo que volaba
5 Alcé otra vez la vista, ¡y vi ante mí un rollo que volaba! 2 El ángel me preguntó: «¿Qué es lo que ves?» Y yo respondí: «Veo un rollo que vuela, de diez metros de largo por cinco de ancho».[a]
3 Entonces el ángel me dijo: «Esta es la maldición que caerá sobre todo el país. Según lo escrito en el rollo, alcanzará tanto al ladrón como al perjuro. 4 Así que he desencadenado esta maldición para que entre en la casa del ladrón y en la del que jura en falso por mi nombre. Se alojará dentro de su casa y la destruirá, junto con sus vigas y sus piedras, afirma el Señor Todopoderoso».
La mujer en un recipiente
5 Entonces el ángel que hablaba conmigo salió y me dijo: «Alza la vista y fíjate en esto que ha aparecido».
6 «¿Y qué es?», le pregunté. Y él me contestó: «Es una canasta de veintidós litros.[b] Es la maldad de la gente de todo el país».
7 Se levantó entonces la tapa de plomo, ¡y dentro de esa medida había una mujer sentada! 8 El ángel dijo: «Esta es la maldad», e inmediatamente arrojó a la mujer dentro de la medida, la cual cubrió luego con la tapa de plomo.
9 Alcé la vista, ¡y vi ante mí dos mujeres que salían batiendo sus alas al viento! Tenían alas como de cigüeña, y elevaban la medida por los aires.
10 Yo le pregunté al ángel que hablaba conmigo: «¿A dónde se llevan la medida?» 11 Y él me respondió: «Se la llevan al país de Babilonia, para construirle un templo. Cuando el templo esté listo, colocarán la medida allí, sobre un pedestal».
Los cuatro carros
6 Alcé de nuevo la vista, ¡y vi ante mí cuatro carros de guerra que salían de entre dos montañas, las cuales eran de bronce! 2 El primer carro era tirado por caballos alazanes, el segundo por caballos negros, 3 el tercero por caballos blancos, y el cuarto por caballos pintos. Todos ellos eran caballos briosos. 4 Le pregunté al ángel que hablaba conmigo: «¿Qué significan estos carros, mi señor?»
5 El ángel me respondió: «Estos son los cuatro espíritus[c] del cielo, que salen después de haberse presentado ante el Señor de toda la tierra. 6 El carro de los caballos negros va hacia el país del norte; el de los caballos blancos, hacia el occidente;[d] y el de los caballos pintos, hacia el país del sur».
7 Esos briosos caballos estaban impacientes por recorrer toda la tierra. Y el ángel les dijo: «¡Vayan, recorran la tierra de un extremo al otro!» Y así lo hicieron.
8 Entonces el ángel me llamó y me dijo: «Mira, los que van hacia el país del norte van a calmar mi enojo en ese país».
La corona para Josué
9 La palabra del Señor vino a mí, y me dijo: 10 «Ve hoy mismo a la casa de Josías hijo de Sofonías, que es adonde han llegado de Babilonia los exiliados Jelday, Tobías y Jedaías. Recíbeles 11 la plata y el oro que traen consigo, y con ese oro y esa plata haz una corona, la cual pondrás en la cabeza del sumo sacerdote Josué hijo de Josadac. 12 Y le dirás a Josué de parte del Señor Todopoderoso:
»“Este es aquel cuyo nombre es Renuevo,
pues echará renuevos de sus raíces
y reconstruirá el templo del Señor.
13 Él reconstruirá el templo del Señor,
se revestirá de majestad
y se sentará a gobernar en su trono.
También un sacerdote se sentará en su propio trono,
y entre ambos habrá armonía”.
14 »La corona permanecerá en el templo del Señor como un recordatorio para Jelday,[e] Tobías, Jedaías y Hen[f] hijo de Sofonías. 15 Si ustedes se esmeran en obedecer al Señor su Dios, los que están lejos vendrán para ayudar en la reconstrucción del templo del Señor. Así sabrán que el Señor Todopoderoso me ha enviado a ustedes».
Justicia y misericordia en lugar de ayuno
7 En el cuarto año del reinado del rey Darío, en el día cuatro del mes noveno, que es el mes de quisleu, la palabra del Señor vino a Zacarías. 2 El pueblo de Betel había enviado a Sarézer y a Reguen Mélec, y a sus hombres, a buscar el favor del Señor 3 y a preguntarles a los sacerdotes de la casa del SeñorTodopoderoso y a los profetas: «¿Debemos observar en el quinto mes un día de duelo y abstinencia, tal como lo hemos hecho todos estos años?»
4 Vino entonces a mí esta palabra de parte del Señor Todopoderoso:
5 «Dile a todo el pueblo de la tierra,
y también a los sacerdotes:
“Cuando ustedes ayunaban y se lamentaban
en los meses quinto y séptimo
de los últimos setenta años,
¿realmente ayunaban por mí?
6 Y, cuando ustedes comen y beben,
¿acaso no lo hacen para sí mismos?”»
7 ¿No son estas las palabras
que por medio de los antiguos profetas
el Señor mismo proclamó
cuando Jerusalén y las ciudades cercanas
estaban habitadas y tenían paz,
cuando el Néguev y las llanuras del oeste
también estaban habitadas?
8 La palabra del Señor vino de nuevo a Zacarías. Le advirtió:
9 «Así dice el Señor Todopoderoso:
»“Juzguen con verdadera justicia;
muestren amor y compasión
los unos por los otros.
10 No opriman a las viudas ni a los huérfanos,
ni a los extranjeros ni a los pobres.
No maquinen el mal en su corazón
los unos contra los otros”.
11 »Pero ellos se negaron a hacer caso. Desafiantes volvieron la espalda, y se taparon los oídos. 12 Para no oír las instrucciones ni las palabras que por medio de los antiguos profetas el Señor Todopoderoso había enviado con su Espíritu, endurecieron su corazón como el diamante. Por lo tanto, el Señor Todopoderoso se llenó de ira. 13 “Como no me escucharon cuando los llamé, tampoco yo los escucharé cuando ellos me llamen —dice el Señor Todopoderoso—. 14 Como con un torbellino, los dispersé entre todas las naciones que no conocían. La tierra que dejaron quedó tan desolada que nadie siquiera pasaba por ella. Fue así como convirtieron en desolación la tierra que antes era una delicia”».
El Señor promete bendecir a Jerusalén
8 Otra vez vino a mí la palabra del Señor Todopoderoso. Me hizo saber lo siguiente:
2 «Así dice el Señor Todopoderoso:
»“Siento grandes celos por Sión.
Son tantos mis celos por ella
que me llenan de furia”.
3 »Así dice el Señor:
»“Regresaré a Sión,
y habitaré en Jerusalén.
Y Jerusalén será conocida
como la Ciudad de la Verdad,
y el monte del Señor Todopoderoso
como el Monte de la Santidad”.
4 »Así dice el Señor Todopoderoso:
»“Los ancianos y las ancianas volverán a sentarse
en las calles de Jerusalén,
cada uno con su bastón en la mano
debido a su avanzada edad.
5 Los niños y las niñas volverán a jugar
en las calles de la ciudad”.
6 »Así dice el Señor Todopoderoso:
»“Al remanente de este pueblo
podrá parecerle imposible en aquellos días,
¿pero también a mí me parecerá imposible?,
afirma el Señor Todopoderoso”.
7 »Así dice el Señor Todopoderoso:
»“Salvaré a mi pueblo
de los países de oriente y de occidente.
8 Los haré volver
para que vivan en Jerusalén;
ellos serán mi pueblo
y yo seré su Dios,
en la verdad y en la justicia”.
9 »Así dice el Señor Todopoderoso:
»“¡Cobren ánimo, ustedes,
los que en estos días han escuchado
las palabras de los profetas,
mientras se echan los cimientos
para la reconstrucción
del templo del Señor Todopoderoso!
10 Porque antes de estos días
ni los hombres recibían su jornal
ni los animales su alimento.
Por culpa del enemigo
tampoco los viajeros tenían seguridad,
pues yo puse a la humanidad entera
en contra de sus semejantes.
11 Pero ya no trataré al remanente de este pueblo
como lo hice en el pasado
—afirma el Señor Todopoderoso—.
12 Habrá paz cuando se siembre,
y las vides darán su fruto;
la tierra producirá sus cosechas
y el cielo enviará su rocío.
Todo esto se lo daré como herencia
al remanente de este pueblo.
13 Judá e Israel, ¡no teman!
Ustedes han sido entre las naciones
objeto de maldición,
pero yo los salvaré,
y serán una bendición.
¡Cobren ánimo!”
14 »Así dice el Señor Todopoderoso:
»“Cuando sus antepasados me hicieron enojar,
yo decidí destruirlos sin ninguna compasión
—afirma el Señor Todopoderoso—.
15 Pero ahora he decidido
hacerles bien a Jerusalén y a Judá.
¡Así que no tengan miedo!
16 »”Lo que ustedes deben hacer
es decirse la verdad,
y juzgar en sus tribunales
con la verdad y la justicia.
¡Eso trae la paz!
17 No maquinen el mal contra su prójimo,
ni sean dados al falso testimonio,
porque yo aborrezco todo eso,
afirma el Señor”».
18 Vino a mí la palabra del Señor Todopoderoso, y me declaró:
19 «Así dice el Señor Todopoderoso:
»“Para Judá, los ayunos de los meses
cuarto, quinto, séptimo y décimo
serán motivo de gozo y de alegría,
y de animadas festividades.
Amen, pues, la verdad y la paz”.
20 »Así dice el Señor Todopoderoso:
»“Todavía vendrán pueblos
y habitantes de muchas ciudades
21 que irán de una ciudad a otra
diciendo a los que allí vivan:
‘¡Vayamos al Señor para buscar su bendición!
¡Busquemos al Señor Todopoderoso!
¡Yo también voy a buscarlo!’
22 Y muchos pueblos y potentes naciones
vendrán a Jerusalén
en busca del Señor Todopoderoso
y de su bendición”.
23 »Así dice el Señor Todopoderoso: “En aquellos días habrá mucha gente, de todo idioma y de toda nación, que tomará a un judío por el borde de su capa y le dirá: ¡Déjanos acompañarte! ¡Hemos sabido que Dios está con ustedes!”»
¡Aleluya!
19 Después de esto oí en el cielo un tremendo bullicio, como el de una inmensa multitud que exclamaba:
«¡Aleluya!
La salvación, la gloria y el poder son de nuestro Dios,
2 pues sus juicios son verdaderos y justos:
ha condenado a la famosa prostituta
que con sus adulterios corrompía la tierra;
ha vindicado la sangre de los siervos de Dios derramada por ella».
3 Y volvieron a exclamar:
«¡Aleluya!
El humo de ella sube por los siglos de los siglos».
4 Entonces los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y dijeron:
«¡Amén, Aleluya!»
5 Y del trono salió una voz que decía:
«¡Alaben ustedes a nuestro Dios,
todos sus siervos, grandes y pequeños,
que con reverente temor le sirven!»
6 Después oí voces como el rumor de una inmensa multitud, como el estruendo de una catarata y como el retumbar de potentes truenos, que exclamaban:
«¡Aleluya!
Ya ha comenzado a reinar el Señor,
nuestro Dios Todopoderoso.
7 ¡Alegrémonos y regocijémonos
y démosle gloria!
Ya ha llegado el día de las bodas del Cordero.
Su novia se ha preparado,
8 y se le ha concedido vestirse
de lino fino, limpio y resplandeciente».
(El lino fino representa las acciones justas de los santos).
9 El ángel me dijo: «Escribe: “¡Dichosos los que han sido convidados a la cena de las bodas del Cordero!”» Y añadió: «Estas son las palabras verdaderas de Dios».
10 Me postré a sus pies para adorarlo. Pero él me dijo: «¡No, cuidado! Soy un siervo como tú y como tus hermanos que se mantienen fieles al testimonio de Jesús. ¡Adora solo a Dios! El testimonio de Jesús es el espíritu que inspira la profecía».
El jinete del caballo blanco
11 Luego vi el cielo abierto, y apareció un caballo blanco. Su jinete se llama Fiel y Verdadero. Con justicia dicta sentencia y hace la guerra. 12 Sus ojos resplandecen como llamas de fuego, y muchas diademas ciñen su cabeza. Lleva escrito un nombre que nadie conoce sino solo él. 13 Está vestido de un manto teñido en sangre, y su nombre es «el Verbo de Dios». 14 Lo siguen los ejércitos del cielo, montados en caballos blancos y vestidos de lino fino, blanco y limpio. 15 De su boca sale una espada afilada, con la que herirá a las naciones. «Las gobernará con puño de hierro».[a] Él mismo exprime uvas en el lagar del furor del castigo que viene de Dios Todopoderoso. 16 En su manto y sobre el muslo lleva escrito este nombre:
Rey de reyes y Señor de señores.
17 Vi a un ángel que, parado sobre el sol, gritaba a todas las aves que vuelan en medio del cielo: «Vengan, reúnanse para la gran cena de Dios, 18 para que coman carne de reyes, de jefes militares y de magnates; carne de caballos y de sus jinetes; carne de toda clase de gente, libres y esclavos, grandes y pequeños».
19 Entonces vi a la bestia y a los reyes de la tierra con sus ejércitos, reunidos para hacer guerra contra el jinete de aquel caballo y contra su ejército. 20 Pero la bestia fue capturada junto con el falso profeta. Este es el que hacía señales milagrosas en presencia de ella, con las cuales engañaba a los que habían recibido la marca de la bestia y adoraban su imagen. Los dos fueron arrojados vivos al lago de fuego y azufre. 21 Los demás fueron exterminados por la espada que salía de la boca del que montaba a caballo, y todas las aves se hartaron de la carne de ellos.
Orlando Castro De La Rosa
Un día mas para aradesele a Dios por sus bendiciones y todo lo que nos da, que bueno cuando nos muestra que la vida es importante, y tenemos que seguir en obediencia y oración para fortalecer nuestra fe, señor doy gracias y te pido que nos protejas de todo mal, en nombre de nuestro Señor Jesucristo
Carlos Iván Molina
El ángel me dijo: «Escribe: “¡Dichosos los que han sido convidados a la cena de las bodas del Cordero!”» Y añadió: «Estas son las palabras verdaderas de Dios». Amén 🙏
Señor, cuanto añoramos como iglesia estar en las “bodas del Cordero”. Que nuestra santificación progresiva y nuestro testimonio nos lleven a darte la gloria, en el reinado definitivo del Señor. Que seamos todos convidados, a la gran boda. Lo oramos en Cristo Jesús. Amén 🙏
BERTHA
SOLO DECIRTE AMADO PADRE ERES V EL AMOR DE NUESTRAS VIDAS, GRACIAS POR TENERTE EN. NOSOTROS .
TE ADORAMOS Y POR SIEMPRE