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Septiembre 19 | Deja que el Señor te enseñe

Septiembre 19 | Deja que el Señor te enseñe

Señor, necesito de tu instrucción para avanzar en tus propósitos y mantenerme íntegro de corazón.

Discurso inicial

 

Estas son las palabras del Maestro, hijo de David, rey en Jerusalén.

Lo más absurdo de lo absurdo,
    —dice el Maestro—,
lo más absurdo de lo absurdo,
    ¡todo es un absurdo!
¿Qué provecho saca el hombre
    de tanto afanarse en esta vida?
Generación va, generación viene,
    mas la tierra siempre es la misma.
Sale el sol, se pone el sol,
    y afanoso vuelve a su punto de origen
    para de allí volver a salir.
Dirigiéndose al sur,
    o girando hacia el norte,
sin cesar va girando el viento
    para de nuevo volver a girar.
Todos los ríos van a dar al mar,
    pero el mar jamás se sacia.
A su punto de origen vuelven los ríos,
    para de allí volver a fluir.
Todas las cosas hastían
    más de lo que es posible expresar.
Ni se sacian los ojos de ver,
    ni se hartan los oídos de oír.
Lo que ya ha acontecido
    volverá a acontecer;
lo que ya se ha hecho
    se volverá a hacer
    ¡y no hay nada nuevo bajo el sol!
10 Hay quien llega a decir:
    «¡Mira que esto sí es una novedad!»
Pero eso ya existía desde siempre,
    entre aquellos que nos precedieron.
11 Nadie se acuerda de los hombres primeros,
    como nadie se acordará de los últimos.
¡No habrá memoria de ellos
    entre los que habrán de sucedernos!

 

Primeras conclusiones

 

12 Yo, el Maestro, reiné en Jerusalén sobre Israel. 13 Y me dediqué de lleno a explorar e investigar con sabiduría todo cuanto se hace bajo el cielo. ¡Penosa tarea ha impuesto Dios al género humano para abrumarlo con ella! 14 Y he observado todo cuanto se hace en esta vida, y todo ello es absurdo, ¡es correr tras el viento!

15 Ni se puede enderezar lo torcido,
    ni se puede contar lo que falta.

16 Me puse a reflexionar: «Aquí me tienen, engrandecido y con más sabiduría que todos mis antecesores en Jerusalén, y habiendo experimentado abundante sabiduría y conocimiento. 17 Me he dedicado de lleno a la comprensión de la sabiduría, y hasta conozco la necedad y la insensatez. ¡Pero aun esto es querer alcanzar el viento! 18 Francamente,

»mientras más sabiduría, más problemas;
    mientras más se sabe, más se sufre».

Me dije entonces: «Vamos, pues, haré la prueba con los placeres y me daré la gran vida». ¡Pero aun esto resultó un absurdo! A la risa la considero una locura; en cuanto a los placeres, ¿para qué sirven?

Quise luego hacer la prueba de entregarme al vino —si bien mi mente estaba bajo el control de la sabiduría—, y de aferrarme a la necedad, hasta ver qué de bueno le encuentra el hombre a lo que hace bajo el cielo durante los contados días de su vida.

Realicé grandes obras: me construí casas, me planté viñedos, cultivé mis propios huertos y jardines, y en ellos planté toda clase de árboles frutales. También me construí aljibes para irrigar los muchos árboles que allí crecían. Me hice de esclavos y esclavas; y tuve criados, y mucho más ganado vacuno y lanar que todos los que me precedieron en Jerusalén. Amontoné oro y plata, y tesoros que fueron de reyes y provincias. Me hice de cantores y cantoras, y disfruté de los deleites de los hombres: ¡formé mi propio harén!

Me engrandecí en gran manera, más que todos los que me precedieron en Jerusalén; además, la sabiduría permanecía conmigo. 10 No les negué a mis ojos ningún deseo, ni privé a mi corazón de placer alguno. Mi corazón disfrutó de todos mis afanes. ¡Solo eso saqué de tanto afanarme!

11 Consideré luego todas mis obras y el trabajo que me había costado realizarlas, y vi que todo era absurdo, un correr tras el viento, y que ningún provecho se saca en esta vida.

 

Todos paran en lo mismo

 

12 Consideré entonces la sabiduría, la necedad y la insensatez —¿qué más puede hacer el sucesor del rey, aparte de lo ya hecho?—, 13 y pude observar que hay más provecho en la sabiduría que en la insensatez, así como hay más provecho en la luz que en las tinieblas.

14 El sabio tiene los ojos bien puestos,
    pero el necio anda a oscuras.

Pero también me di cuenta de que un mismo final les espera a todos. 15 Me dije entonces: «Si al fin voy a acabar igual que el necio, ¿de qué me sirve ser tan sabio?» Y concluí que también esto es absurdo, 16 pues nadie se acuerda jamás del sabio ni del necio; con el paso del tiempo todo cae en el olvido, y lo mismo mueren los sabios que los necios.

17 Aborrecí entonces la vida, pues todo cuanto se hace en ella me resultaba repugnante. Realmente, todo es absurdo; ¡es correr tras el viento!

18 Aborrecí también el haberme afanado tanto en esta vida, pues el fruto de tanto afán tendría que dejárselo a mi sucesor, 19 y ¿quién sabe si este sería sabio o necio? Sin embargo, se adueñaría de lo que con tantos afanes y sabiduría logré hacer en esta vida. ¡Y también esto es absurdo!

20 Volví a sentirme descorazonado de haberme afanado tanto en esta vida, 21 pues hay quienes ponen a trabajar su sabiduría y sus conocimientos y experiencia, para luego entregarle todos sus bienes a quien jamás movió un dedo. ¡Y también esto es absurdo, y un mal enorme! 22 Pues, ¿qué gana el hombre con todos sus esfuerzos y con tanto preocuparse y afanarse bajo el sol? 23 Todos sus días están plagados de sufrimientos y tareas frustrantes, y ni siquiera de noche descansa su mente. ¡Y también esto es absurdo!

24 Nada hay mejor para el hombre que comer y beber, y llegar a disfrutar de sus afanes. He visto que también esto proviene de Dios, 25 porque ¿quién puede comer y alegrarse, si no es por Dios? 26 En realidad, Dios da sabiduría, conocimientos y alegría a quien es de su agrado; en cambio, al pecador le impone la tarea de acumular más y más, para luego dárselo todo a quien es de su agrado. Y también esto es absurdo; ¡es correr tras el viento!

 

Hay un tiempo para todo

 

Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo:

un tiempo para nacer,
    y un tiempo para morir;
un tiempo para plantar,
    y un tiempo para cosechar;
un tiempo para matar,
    y un tiempo para sanar;
un tiempo para destruir,
    y un tiempo para construir;
un tiempo para llorar,
    y un tiempo para reír;
un tiempo para estar de luto,
    y un tiempo para saltar de gusto;
un tiempo para esparcir piedras,
    y un tiempo para recogerlas;
un tiempo para abrazarse,
    y un tiempo para despedirse;
un tiempo para intentar,
    y un tiempo para desistir;
un tiempo para guardar,
    y un tiempo para desechar;
un tiempo para rasgar,
    y un tiempo para coser;
un tiempo para callar,
    y un tiempo para hablar;
un tiempo para amar,
    y un tiempo para odiar;
un tiempo para la guerra,
    y un tiempo para la paz.

 

De nada sirve afanarse

 

¿Qué provecho saca quien trabaja de tanto afanarse? 10 He visto la tarea que Dios ha impuesto al género humano para abrumarlo con ella. 11 Dios hizo todo hermoso en su momento, y puso en la mente humana el sentido del tiempo, aun cuando el hombre no alcanza a comprender la obra que Dios realiza de principio a fin.

12 Yo sé que nada hay mejor para el hombre que alegrarse y hacer el bien mientras viva; 13 y sé también que es un don de Dios que el hombre coma o beba y disfrute de todos sus afanes. 14 Sé además que todo lo que Dios ha hecho permanece para siempre; que no hay nada que añadirle ni quitarle; y que Dios lo hizo así para que se le tema.

15 Lo que ahora existe, ya existía;
    y lo que ha de existir, existe ya.
    Dios hace que la historia se repita.

 

Contradicciones de la vida

 

16 He visto algo más en esta vida: maldad donde se dictan las sentencias, y maldad donde se imparte la justicia. 17 Pensé entonces: «Al justo y al malvado los juzgará Dios, pues hay un tiempo para toda obra y un lugar para toda acción».

18 Pensé también con respecto a los hombres: «Dios los está poniendo a prueba, para que ellos mismos se den cuenta de que son como los animales. 19 Los hombres terminan igual que los animales; el destino de ambos es el mismo, pues unos y otros mueren por igual, y el aliento de vida es el mismo para todos, así que el hombre no es superior a los animales. Realmente, todo es absurdo, 20 y todo va hacia el mismo lugar.

»Todo surgió del polvo,
    y al polvo todo volverá.

21 »¿Quién sabe si el espíritu del hombre se remonta a las alturas, y el de los animales desciende a las profundidades de la tierra?» 22 He visto, pues, que nada hay mejor para el hombre que disfrutar de su trabajo, ya que eso le ha tocado. Pues, ¿quién lo traerá para que vea lo que sucederá después de él?

Los sufrimientos de Pablo

 

16 Lo repito: Que nadie me tenga por insensato. Pero, aun cuando así me consideren, de todos modos recíbanme, para poder jactarme un poco. 17 Al jactarme tan confiadamente, no hablo como quisiera el Señor, sino con insensatez. 18 Ya que muchos se ufanan como lo hace el mundo, yo también lo haré. 19 Por ser tan sensatos, ustedes de buena gana aguantan a los insensatos. 20 Aguantan incluso a cualquiera que los esclaviza, o los explota, o se aprovecha de ustedes, o se comporta con altanería, o les da de bofetadas. 21 ¡Para vergüenza mía, confieso que hemos sido demasiado débiles!

Si alguien se atreve a dárselas de algo, también yo me atrevo a hacerlo; lo digo como un insensato. 22 ¿Son ellos hebreos? Pues yo también. ¿Son israelitas? También yo lo soy. ¿Son descendientes de Abraham? Yo también. 23 ¿Son servidores de Cristo? ¡Qué locura! Yo lo soy más que ellos. He trabajado más arduamente, he sido encarcelado más veces, he recibido los azotes más severos, he estado en peligro de muerte repetidas veces. 24 Cinco veces recibí de los judíos los treinta y nueve azotes. 25 Tres veces me golpearon con varas, una vez me apedrearon, tres veces naufragué, y pasé un día y una noche como náufrago en alta mar. 26 Mi vida ha sido un continuo ir y venir de un sitio a otro; en peligros de ríos, peligros de bandidos, peligros de parte de mis compatriotas, peligros a manos de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el campo, peligros en el mar y peligros de parte de falsos hermanos. 27 He pasado muchos trabajos y fatigas, y muchas veces me he quedado sin dormir; he sufrido hambre y sed, y muchas veces me he quedado en ayunas; he sufrido frío y desnudez. 28 Y, como si fuera poco, cada día pesa sobre mí la preocupación por todas las iglesias. 29 ¿Cuando alguien se siente débil, no comparto yo su debilidad? ¿Y, cuando a alguien se le hace tropezar, no ardo yo de indignación?

30 Si me veo obligado a jactarme, me jactaré de mi debilidad. 31 El Dios y Padre del Señor Jesús (¡sea por siempre alabado!) sabe que no miento. 32 En Damasco, el gobernador bajo el rey Aretas mandó que se vigilara la ciudad de los damascenos con el fin de arrestarme; 33 pero me bajaron en un canasto por una ventana de la muralla, y así escapé de las manos del gobernador.

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Deja que el Señor te enseñe su camino y afirme tu corazón. #ConDiosSiempreEnContacto

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4 Comentarios
Angela Quintana

Gracias Abba por este día, por tu amor incondicional, quiero caminar bajo tu voluntad y ser testimonio de todo lo que haces en una mujer quebrantada. Te amo Dios.

Carlos Iván Molina Roa

He visto algo más en esta vida: maldad donde se dictan las sentencias, y maldad donde se imparte la justicia. 17 Pensé entonces: «Al justo y al malvado los juzgará Dios, pues hay un tiempo para toda obra y un lugar para toda acción». Amén 🙏

Señor tuya es la gloria y tuya es la justicia final, la que esperamos, maranatha. Así sea en Cristo Jesús, Amén.

BERTHA

GRACIAS PAPITO DIOS POR DIRIGIR NUESTROS CAMINOS Y LLENAR NUESTROS CORAZONES DE TU ENSEÑANZA , AMOR Y TODO LO REAL
QUE TIENES PARA NOSOTROS GRACIAS AMADO PADRE NUNCA ME CANSARE DE DECIRTE CUANTO TE AMAMOS.

BERTHA

GRACIAS DIOS POR PERMITIR QUE SEAMOS FIEL Y DARNOS LA PAZ POR SIEMPRE PARA REGOCIJARNOS ANTE TI ,
ERES GRANDE Y PODEROSO HERMOSO PADRE. GRACIAS GRACIAS.

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