Señor tú me has escogido y me has hecho disfrutar de tus alegrías, por eso te alabo con todo mi corazón.
El amparo de Israel
41 «¡Callen en mi presencia, costas lejanas!
¡Naciones, renueven sus fuerzas!
Acérquense y hablen;
reunámonos para juicio.
2 »¿Quién ha hecho venir desde el oriente
a aquel que siempre sale victorioso?
Pone a las naciones en sus manos;
ante él los reyes se rinden.
Con su espada los vuelve polvo,
con su arco los dispersa como paja.
3 Con paso firme los persigue
por una senda que nunca antes pisó.
4 ¿Quién realizó esto? ¿Quién lo hizo posible?
¿Quién llamó a las generaciones desde el principio?
Yo, el Señor, soy el primero,
y seré el mismo hasta el fin».
5 Lo han visto las costas lejanas, y temen;
tiemblan los confines de la tierra.
¡Ya se acercan, ya vienen!
6 Cada uno ayuda a su compañero,
y le infunde aliento a su hermano.
7 El artesano anima al joyero;
y el que aplana con el martillo
le dice al que golpea el yunque:
«¡Es buena la soldadura!»;
luego asegura el ídolo con clavos
para que no se tambalee.
8 «Pero tú, Israel, mi siervo,
tú, Jacob, a quien he escogido,
simiente de Abraham, mi amigo:
9 Te tomé de los confines de la tierra,
te llamé de los rincones más remotos,
y te dije: “Tú eres mi siervo”.
Yo te escogí; no te rechacé.
10 Así que no temas, porque yo estoy contigo;
no te angusties, porque yo soy tu Dios.
Te fortaleceré y te ayudaré;
te sostendré con mi diestra victoriosa.
11 »Todos los que se enardecen contra ti
sin duda serán avergonzados y humillados;
los que se te oponen serán como nada,
como si no existieran.
12 Aunque busques a tus enemigos,
no los encontrarás.
Los que te hacen la guerra serán como nada,
como si no existieran.
13 Porque yo soy el Señor, tu Dios,
que sostiene tu mano derecha;
yo soy quien te dice:
“No temas, yo te ayudaré”.
14 No temas, gusano Jacob, pequeño Israel
—afirma el Señor—,
porque yo mismo te ayudaré;
¡el Santo de Israel es tu redentor!
15 »Te convertiré en una trilladora
nueva y afilada, de doble filo.
Trillarás las montañas y las harás polvo;
convertirás en paja las colinas.
16 Las aventarás y se las llevará el viento;
¡un vendaval las dispersará!
Pero tú te alegrarás en el Señor,
te gloriarás en el Santo de Israel.
17 »Los pobres y los necesitados buscan agua,
pero no la encuentran;
la sed les ha resecado la lengua.
Pero yo, el Señor, les responderé;
yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.
18 Haré brotar ríos en las áridas cumbres,
y manantiales entre los valles.
Transformaré el desierto en estanques de agua,
y el sequedal en manantiales.
19 Plantaré en el desierto
cedros, acacias, mirtos y olivos;
en áridas tierras plantaré cipreses,
junto con pinos y abetos,
20 para que la gente vea y sepa,
y considere y entienda,
que la mano del Señor ha hecho esto,
que el Santo de Israel lo ha creado.
21 »Expongan su caso —dice el Señor—;
presenten sus pruebas —demanda el rey de Jacob—.
22 Acérquense y anuncien
lo que ha de suceder,
y cómo fueron las cosas del pasado,
para que las consideremos
y conozcamos su desenlace.
¡Cuéntennos lo que está por venir!
23 Digan qué nos depara el futuro;
así sabremos que ustedes son dioses.
Hagan algo, bueno o malo,
para verlo y llenarnos de terror.
24 ¡La verdad es que ustedes no son nada,
y aun menos que nada son sus obras!
¡Abominable es quien los escoge!
25 »Del norte hice venir a uno,
y acudió a mi llamado;
desde el oriente invoca mi nombre.
Como alfarero que amasa arcilla con los pies,
aplasta gobernantes como si fueran barro.
26 ¿Quién lo anunció desde el principio,
para que lo supiéramos?
¿Quién lo anunció de antemano,
para que dijéramos: “Tenía razón”?
Nadie lo anunció ni lo proclamó;
nadie les oyó proclamar mensaje alguno.
27 Yo fui el primero en decirle a Sión:
“¡Mira, ya están aquí!”
Yo fui quien envió a Jerusalén
un mensajero de buenas noticias.
28 Miro entre ellos, y no hay nadie;
no hay entre ellos quien aconseje,
no hay quien me responda cuando les pregunto.
29 ¡Todos ellos son falsos!
Sus obras no son nada;
sus ídolos no son más que viento y confusión.
El siervo del Señor
42 »Este es mi siervo, a quien sostengo,
mi escogido, en quien me deleito;
sobre él he puesto mi Espíritu,
y llevará justicia a las naciones.
2 No clamará, ni gritará,
ni alzará su voz por las calles.
3 No acabará de romper la caña quebrada,
ni apagará la mecha que apenas arde.
Con fidelidad hará justicia;
4 no vacilará ni se desanimará
hasta implantar la justicia en la tierra.
Las costas lejanas esperan su ley».
5 Así dice Dios, el Señor,
el que creó y desplegó los cielos;
el que expandió la tierra
y todo lo que ella produce;
el que da aliento al pueblo que la habita,
y vida a los que en ella se mueven:
6 «Yo, el Señor, te he llamado en justicia;
te he tomado de la mano.
Yo te formé, yo te constituí
como pacto para el pueblo,
como luz para las naciones,
7 para abrir los ojos de los ciegos,
para librar de la cárcel a los presos,
y del calabozo a los que habitan en tinieblas.
8 »Yo soy el Señor; ¡ese es mi nombre!
No entrego a otros mi gloria,
ni mi alabanza a los ídolos.
9 Las cosas pasadas se han cumplido,
y ahora anuncio cosas nuevas;
¡las anuncio antes que sucedan!»
Canción de alabanza al Señor
10 Canten al Señor un cántico nuevo,
ustedes, que descienden al mar,
y todo lo que hay en él;
canten su alabanza desde los confines de la tierra,
ustedes, costas lejanas y sus habitantes.
11 Que alcen la voz el desierto y sus ciudades,
y los poblados donde Cedar habita.
Que canten de alegría los habitantes de Selá,
y griten desde las cimas de las montañas.
12 Den gloria al Señor
y proclamen su alabanza en las costas lejanas.
13 El Señor marchará como guerrero;
como hombre de guerra despertará su celo.
Con gritos y alaridos se lanzará al combate,
y triunfará sobre sus enemigos.
14 «Por mucho tiempo he guardado silencio,
he estado callado y me he contenido.
Pero ahora voy a gritar como parturienta,
voy a resollar y jadear al mismo tiempo.
15 Devastaré montañas y cerros,
y secaré toda su vegetación;
convertiré los ríos en tierra seca,
y secaré los estanques;
16 conduciré a los ciegos por caminos desconocidos,
los guiaré por senderos inexplorados;
ante ellos convertiré en luz las tinieblas,
y allanaré los lugares escabrosos.
Esto haré,
y no los abandonaré.
17 Pero retrocederán llenos de vergüenza
los que confían en los ídolos,
los que dicen a las imágenes:
“Ustedes son nuestros dioses”.
Israel ciego y sordo
18 »Sordos, ¡escuchen!
Ciegos, ¡fíjense bien!
19 ¿Quién es más ciego que mi siervo,
y más sordo que mi mensajero?
¿Quién es más ciego que mi enviado,
y más ciego que el siervo del Señor?
20 Tú has visto muchas cosas,
pero no las has captado;
tienes abiertos los oídos,
pero no oyes nada».
21 Le agradó al Señor,
por amor a su justicia,
hacer su ley grande y gloriosa.
22 Pero este es un pueblo saqueado y despojado,
todos atrapados en cuevas
o encerrados en cárceles.
Son saqueados,
y nadie los libra;
son despojados,
y nadie reclama.
23 ¿Quién de ustedes escuchará esto
y prestará atención en el futuro?
24 ¿Quién entregó a Jacob para el despojo,
a Israel para el saqueo?
¿No es acaso el Señor
a quien su pueblo ha ofendido?
No siguió sus caminos
ni obedeció su ley.
25 Por eso el Señor derramó sobre él
su ardiente ira y el furor de la guerra.
Lo envolvió en llamas, pero no comprendió;
lo consumió, pero no lo tomó en serio.
1 Pablo, Silvano y Timoteo,
a la iglesia de los tesalonicenses que está en Dios el Padre y en el Señor Jesucristo:
Gracia y paz a ustedes.
Acción de gracias por los tesalonicenses
2 Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes cuando los mencionamos en nuestras oraciones. 3 Los recordamos constantemente delante de nuestro Dios y Padre a causa de la obra realizada por su fe, el trabajo motivado por su amor, y la constancia sostenida por su esperanza en nuestro Señor Jesucristo.
4 Hermanos amados de Dios, sabemos que él los ha escogido, 5 porque nuestro evangelio les llegó no solo con palabras, sino también con poder, es decir, con el Espíritu Santo y con profunda convicción. Como bien saben, estuvimos entre ustedes buscando su bien. 6 Ustedes se hicieron imitadores nuestros y del Señor cuando, a pesar de mucho sufrimiento, recibieron el mensaje con la alegría que infunde el Espíritu Santo. 7 De esta manera se constituyeron en ejemplo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya. 8 Partiendo de ustedes, el mensaje del Señor se ha proclamado no solo en Macedonia y en Acaya, sino en todo lugar; a tal punto se ha divulgado su fe en Dios que ya no es necesario que nosotros digamos nada. 9 Ellos mismos cuentan de lo bien que ustedes nos recibieron, y de cómo se convirtieron a Dios dejando los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero, 10 y esperar del cielo a Jesús, su Hijo a quien resucitó, que nos libra del castigo venidero.
María Magdalena Carreras Amaya
Me encanta
Carlos Iván Molina Roa
Así que no temas, porque yo estoy contigo;
no te angusties, porque yo soy tu Dios.
Te fortaleceré y te ayudaré;
te sostendré con mi diestra victoriosa. Amén 🙏
Señor con la muerte en la cruz de tu amado hijo, nos redimiste y nos libras te del castigo venidero. Síguenos sosteniendo, con tu diestra de victoria, que la batalla contra el pecado la ganemos de tu mano. Lo oramos en Cristo Jesús. Amén 🙏.
BERTHA
TU SABES AMADO DIOS QUE ALABARTE ES UNA DE MIS ALEGRIAS MAS GRANDE QUE TENGO PARA DARTE Y OFRECERTE , LA SINCERIDAD COMO LO HAGO. , ES UN GRAN DON QUE ME HAS DADO GRACIAS GRACIAS. Y LO ARE CON TODO MI CORAZON PRECIOSO JESUS AMADO.
TE AMAMOS.
BERTHA
GRACIAS SEÑOR TODOPODEROSO SABES QUE ME ENCANTA ALABARTE Y LO HAGO DE CORAZON, PORQUE PERTENEZCO A TI
HOY MAÑANA Y SIEMPRE, Y SE LO IMPORTANTE QUE ES LA ALABANZA PARA TI AMADO DIOS.
TE AMO TE ADORAMOS.
BERTHA
GRACIAS GRACIAS MI SEÑOR JESUS , GRACIAS GRACIAS MUCHAS GRACIAS SEÑOR, GRACIAS MI SEÑOR JESUS
TE ADOREMOS POR SIEMPRE , TU PRESENCIA SIEMPRE EN MI BERTHA EN MIS HIJOS , TUS HIJOS JORGE Y STEVEN, NIETOS JORGITO Y EMILITA, HNO ARMANDO Y FLIA GRACIAS GRACIAS MI SEÑOR JESUS. SIEMPRE AGRADECIENDOTE , GRACIAS GRACIAS MI SEÑOR. JESUS