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Agosto 07 | Dar a los demás

Agosto 07 | Dar a los demás

Mi Señor quita de mi todo egoísmo y coloca el deseo de dar a los demás más allá de lo que esperan o necesitan.

De Salomón.

 

72 Oh Dios, otorga tu justicia al rey,
    tu rectitud al príncipe heredero.
Así juzgará con rectitud a tu pueblo
    y hará justicia a tus pobres.
Brindarán los montes bienestar al pueblo,
    y fruto de justicia las colinas.
El rey hará justicia a los pobres del pueblo
    y salvará a los necesitados;
    ¡él aplastará a los opresores!

Que viva el rey por mil generaciones,
    lo mismo que el sol y que la luna.
Que sea como la lluvia sobre un campo sembrado,
    como las lluvias que empapan la tierra.
Que en sus días florezca la justicia,
    y que haya gran prosperidad,
    hasta que la luna deje de existir.

Que domine el rey de mar a mar,
    desde el río Éufrates hasta los confines de la tierra.
Que se postren ante él las tribus del desierto;
    ¡que muerdan el polvo sus enemigos!
10 Que le paguen tributo los reyes de Tarsis
    y de las costas remotas;
que los reyes de Sabá y de Seba
    le traigan presentes.
11 Que ante él se inclinen todos los reyes;
    ¡que le sirvan todas las naciones!

12 Él librará al indigente que pide auxilio,
    y al pobre que no tiene quien lo ayude.
13 Se compadecerá del desvalido y del necesitado,
    y a los menesterosos les salvará la vida.
14 Los librará de la opresión y la violencia,
    porque considera valiosa su vida.

15 ¡Que viva el rey!
    ¡Que se le entregue el oro de Sabá!
Que se ore por él sin cesar;
    que todos los días se le bendiga.
16 Que abunde el trigo en toda la tierra;
    que ondeen los trigales en la cumbre de los montes.
Que el grano se dé como en el Líbano;
    que abunden las gavillas como la hierba del campo.

17 Que su nombre perdure para siempre;
    que su fama permanezca como el sol.
Que en su nombre las naciones
    se bendigan unas a otras;
    que todas ellas lo proclamen dichoso.

18 Bendito sea Dios el Señor,
    el Dios de Israel,
    el único que hace obras portentosas.
19 Bendito sea por siempre su glorioso nombre;
    ¡que toda la tierra se llene de su gloria!

Amén y amén.

20 Aquí terminan las oraciones de David hijo de Isaí.

 

LIBRO III

 

Salmo de Asaf.

 

73 En verdad, ¡cuán bueno es Dios con Israel,
    con los puros de corazón!
Yo estuve a punto de caer,
    y poco me faltó para que resbalara.
Sentí envidia de los arrogantes,
    al ver la prosperidad de esos malvados.

Ellos no tienen ningún problema;
    su cuerpo está fuerte y saludable.
Libres están de los afanes de todos;
    no les afectan los infortunios humanos.
Por eso lucen su orgullo como un collar,
    y hacen gala de su violencia.
¡Están que revientan de malicia,
    y hasta se les ven sus malas intenciones!
Son burlones, hablan con doblez,
    y arrogantes oprimen y amenazan.
Con la boca increpan al cielo,
    con la lengua dominan la tierra.
10 Por eso la gente acude a ellos
    y cree todo lo que afirman.
11 Hasta dicen: «¿Cómo puede Dios saberlo?
    ¿Acaso el Altísimo tiene entendimiento?»

12 Así son los impíos;
    sin afanarse, aumentan sus riquezas.

13 En verdad, ¿de qué me sirve
    mantener mi corazón limpio
    y mis manos lavadas en la inocencia,
14 si todo el día me golpean
    y de mañana me castigan?

15 Si hubiera dicho: «Voy a hablar como ellos»,
    habría traicionado a tu linaje.
16 Cuando traté de comprender todo esto,
    me resultó una carga insoportable,
17 hasta que entré en el santuario de Dios;
    allí comprendí cuál será el destino de los malvados:
18 En verdad, los has puesto en terreno resbaladizo,
    y los empujas a su propia destrucción.
19 ¡En un instante serán destruidos,
    totalmente consumidos por el terror!
20 Como quien despierta de un sueño,
    así, Señor, cuando tú te levantes,
    desecharás su falsa apariencia.

21 Se me afligía el corazón
    y se me amargaba el ánimo
22 por mi necedad e ignorancia.
    ¡Me porté contigo como una bestia!
23 Pero yo siempre estoy contigo,
    pues tú me sostienes de la mano derecha.
24 Me guías con tu consejo,
    y más tarde me acogerás en gloria.
25 ¿A quién tengo en el cielo sino a ti?
    Si estoy contigo, ya nada quiero en la tierra.
26 Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu,
    pero Dios fortalece mi corazón;
    él es mi herencia eterna.

27 Perecerán los que se alejen de ti;
    tú destruyes a los que te son infieles.
28 Para mí el bien es estar cerca de Dios.
    He hecho del Señor Soberano mi refugio
    para contar todas sus obras.

La elección soberana de Dios

 

Digo la verdad en Cristo; no miento. Mi conciencia me lo confirma en el Espíritu Santo. Me invade una gran tristeza y me embarga un continuo dolor. Desearía yo mismo ser maldecido y separado de Cristo por el bien de mis hermanos, los de mi propia raza, el pueblo de Israel. De ellos son la adopción como hijos, la gloria divina, los pactos, la ley, el privilegio de adorar a Dios y el de contar con sus promesas. De ellos son los patriarcas, y de ellos, según la naturaleza humana, nació Cristo, quien es Dios sobre todas las cosas. ¡Alabado sea por siempre! Amén.

Ahora bien, no digamos que la Palabra de Dios ha fracasado. Lo que sucede es que no todos los que descienden de Israel son Israel. Tampoco por ser descendientes de Abraham son todos hijos suyos. Al contrario: «Tu descendencia se establecerá por medio de Isaac». En otras palabras, los hijos de Dios no son los descendientes naturales; más bien, se considera descendencia de Abraham a los hijos de la promesa. Y la promesa es esta: «Dentro de un año vendré, y para entonces Sara tendrá un hijo».

10 No solo eso. También sucedió que los hijos de Rebeca tuvieron un mismo padre, que fue nuestro antepasado Isaac. 11 Sin embargo, antes de que los mellizos nacieran, o hicieran algo bueno o malo, y para confirmar el propósito de la elección divina, 12 no en base a las obras, sino al llamado de Dios, se le dijo a ella: «El mayor servirá al menor». 13 Y así está escrito: «Amé a Jacob, pero aborrecí a Esaú».

14 ¿Qué concluiremos? ¿Acaso es Dios injusto? ¡De ninguna manera! 15 Es un hecho que a Moisés le dice:

«Tendré clemencia de quien yo quiera tenerla,
    y seré compasivo con quien yo quiera serlo».

Eco (Echo) | Elevation Worship

Dios está esperando para usarte más allá de lo que puedes imaginar. #ConDiosSiempreEnContacto

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3 Comentarios
BERTHA

GRACIAS PAPITO DIOS POR DARNOS TODOS LOS DESEOS DE DAR A LOS DEMAS MAS , LO QUE ESPEREN. Y NECESITEN RESPALDADO POR TI
SEÑOR , GRACIAS. POR QUITARNOS TANTO EGOISMO.SIEMPRE USANOS EN. BIEN PRECIOSO DIOS.TE AMAMOS

BERTHA

GRACIAS SEÑOR POR QUITAR TODO EGOISMO Y COLOCANOS EL DESEO DE QUE DEMOS A LOS DEMAS LO QUE ESPERAMOS Y NECESITAMOS
GRACIAS PODEROSO PADRE. TE AMO TE AMAMOS.

BERTHA

GRACIAS SEÑOR POR COLOCA EN NOSOTROS Y TENER TODOS LOS DESEOS DE AYUDAR COLABORAR EN TODO

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