23 Pero se acerca la hora, y ha llegado ya, en que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren.
Se nos arma la gorda estando desprevenidos o en ocasiones por terquedad; Al ser humano se le
armó la gorda, no la del maestro Botero, sino por la oposición preparada por el príncipe de este
mundo y sus filosofías usando las necesidades humanas, las autoridades y leyes impidiendo a
toda costa el tiempo dedicado para adorar y alabar al Señor.