21 Después de que Jesús regresó en la barca al otro lado del lago, se reunió alrededor de él una gran multitud, por lo que él se quedó en la orilla.22 Llegó entonces uno de los jefes de la sinagoga llamado Jairo. Al ver a Jesús, se arrojó a sus pies 23y le suplicó con insistencia: —Mi hijita se está muriendo. Ven, pon tus manos sobre ella para que se sane y viva.
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Rev. Franklin Peña
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