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Bebe conmigo

5Como un joven que se casa con una joven, así el que te edifica se casará contigo; como un novio que se regocija por su novia, así tu Dios se regocijará por ti.

Las costumbres antiguas de las bodas judías son bastante difíciles de determinar, según
los expertos, no se dispone más que de referencias dispersas y fragmentarias que
impiden configurar una visión completa, las costumbres variaban de un distrito judío a
otro, lo confirma Joachim Jeremías en su libro “Las parábolas de Jesús”, el joven
pretendiente solía acudir a casa del padre de la novia portando una gran suma de dinero,
un contrato de esponsales, (redactado por las autoridades y costeado por el futuro novio),
y un pellejo de vino. En cuanto entraba en una casa un joven portando estas cosas ya se
sabía a qué venía, dando inicio al pacto.
El objetivo fundamental del pacto matrimonial, es garantizar la continuación del linaje, su
proyección para el futuro; el amor y el placer sexual facilitan ese fin primordial convirtiendo
el matrimonio como una de las tres decisiones importantes en la vida del ser humano para
ser pleno.
El camino correcto para llegar a ser padre es a través del matrimonio, los demás dan
lugar al caos y a la continuidad de la desdicha y desgracia humana; encontramos ese
caos en hijos regados sin saber a quién seguir observando malos ejemplos de quienes
deciden dar rienda suelta al placer.
Necesitamos considerar la invitación de aquel que nos ofrece compartamos su destino,
ese que ya sabemos, Jesús triunfó. Comprendamos su invitación.

Bebe conmigo

Rev. Jaime A. Blanco

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