Padre, quiero amarte cada día más y así ver tu favor en mi vida que sobrepasa mi entendimiento.
Lámed
10 ¿Por qué, Señor, te mantienes distante?
¿Por qué te escondes en momentos de angustia?
2 Con arrogancia persigue el malvado al indefenso,
pero se enredará en sus propias artimañas.
3 El malvado hace alarde de su propia codicia;
alaba al ambicioso y menosprecia al Señor.
4 El malvado levanta insolente la nariz,
y no da lugar a Dios en sus pensamientos.
5 Todas sus empresas son siempre exitosas;
tan altos y alejados de él están tus juicios
que se burla de todos sus enemigos.
6 Y se dice a sí mismo: «Nada me hará caer.
Siempre seré feliz. Nunca tendré problemas».
Pe
7 Llena está su boca de maldiciones,
de mentiras y amenazas;
bajo su lengua esconde maldad y violencia.
8 Se pone al acecho en las aldeas,
se esconde en espera de sus víctimas,
y asesina a mansalva al inocente.
Ayin
9 Cual león en su guarida se agazapa,
listo para atrapar al indefenso;
le cae encima y lo arrastra en su red.
10 Bajo el peso de su poder,
sus víctimas caen por tierra.
11 Se dice a sí mismo: «Dios se ha olvidado.
Se cubre el rostro. Nunca ve nada».
Qof
12 ¡Levántate, Señor!
¡Levanta, oh Dios, tu brazo!
¡No te olvides de los indefensos!
13 ¿Por qué te ha de menospreciar el malvado?
¿Por qué ha de pensar que no lo llamarás a cuentas?
Resh
14 Pero tú ves la opresión y la violencia,
las tomas en cuenta y te harás cargo de ellas.
Las víctimas confían en ti;
tú eres la ayuda de los huérfanos.
Shin
15 ¡Rómpeles el brazo al malvado y al impío!
¡Pídeles cuentas de su maldad,
y haz que desaparezcan por completo!
16 El Señor es rey eterno;
los paganos serán borrados de su tierra.
Tav
17 Tú, Señor, escuchas la petición de los indefensos,
les infundes aliento y atiendes a su clamor.
18 Tú defiendes al huérfano y al oprimido,
para que el hombre, hecho de tierra,
no siga ya sembrando el terror.
Al director musical. Salmo de David.
11 En el Señor hallo refugio.
¿Cómo, pues, se atreven a decirme:
«Huye al monte, como las aves»?
2 Vean cómo tensan sus arcos los malvados:
preparan las flechas sobre la cuerda
para disparar desde las sombras
contra los rectos de corazón.
3 Cuando los fundamentos son destruidos,
¿qué le queda al justo?
4 El Señor está en su santo templo,
en los cielos tiene el Señor su trono,
y atentamente observa al ser humano;
con sus propios ojos lo examina.
5 El Señor examina a justos y a malvados,
y aborrece a los que aman la violencia.
6 Hará llover sobre los malvados
ardientes brasas y candente azufre;
¡un viento abrasador será su suerte!
7 Justo es el Señor, y ama la justicia;
por eso los íntegros contemplarán su rostro.
Al director musical. Sobre la octava. Salmo de David.
12 Sálvanos, Señor, que ya no hay gente fiel;
ya no queda gente sincera en este mundo.
2 No hacen sino mentirse unos a otros;
sus labios lisonjeros hablan con doblez.
3 El Señor cortará todo labio lisonjero
y toda lengua jactanciosa
4 que dice: «Venceremos con la lengua;
en nuestros labios confiamos.
¿Quién puede dominarnos a nosotros?»
5 Dice el Señor: «Voy ahora a levantarme,
y pondré a salvo a los oprimidos,
pues al pobre se le oprime,
y el necesitado se queja».
6 Las palabras del Señor son puras,
son como la plata refinada,
siete veces purificada en el crisol.
7 Tú, Señor, nos protegerás;
tú siempre nos defenderás de esta gente,
8 aun cuando los malvados sigan merodeando,
y la maldad sea exaltada en este mundo.
Pablo en Éfeso
19 Mientras Apolos estaba en Corinto, Pablo recorrió las regiones del interior y llegó a Éfeso. Allí encontró a algunos discípulos.
2 ―¿Recibieron ustedes el Espíritu Santo cuando creyeron? —les preguntó.
―No, ni siquiera hemos oído hablar del Espíritu Santo —respondieron.
3 ―Entonces, ¿qué bautismo recibieron?
―El bautismo de Juan.
4 Pablo les explicó:
―El bautismo de Juan no era más que un bautismo de arrepentimiento. Él le decía al pueblo que creyera en el que venía después de él, es decir, en Jesús.
5 Al oír esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. 6 Cuando Pablo les impuso las manos, el Espíritu Santo vino sobre ellos, y empezaron a hablar en lenguas y a profetizar. 7 Eran en total unos doce hombres.
8 Pablo entró en la sinagoga y habló allí con toda valentía durante tres meses. Discutía acerca del reino de Dios, tratando de convencerlos, 9 pero algunos se negaron obstinadamente a creer, y ante la congregación hablaban mal del Camino. Así que Pablo se alejó de ellos y formó un grupo aparte con los discípulos; y a diario debatía en la escuela de Tirano. 10 Esto continuó por espacio de dos años, de modo que todos los judíos y los griegos que vivían en la provincia de Asia llegaron a escuchar la palabra del Señor.
11 Dios hacía milagros extraordinarios por medio de Pablo, 12 a tal grado que a los enfermos les llevaban pañuelos y delantales que habían tocado el cuerpo de Pablo, y quedaban sanos de sus enfermedades, y los espíritus malignos salían de ellos.
13 Algunos judíos que andaban expulsando espíritus malignos intentaron invocar sobre los endemoniados el nombre del Señor Jesús. Decían: «¡En el nombre de Jesús, a quien Pablo predica, les ordeno que salgan!» 14 Esto lo hacían siete hijos de un tal Esceva, que era uno de los jefes de los sacerdotes judíos.
15 Un día el espíritu maligno les replicó: «Conozco a Jesús, y sé quién es Pablo, pero ustedes ¿quiénes son?» 16 Y abalanzándose sobre ellos, el hombre que tenía el espíritu maligno los dominó a todos. Los maltrató con tanta violencia que huyeron de la casa desnudos y heridos.
17 Cuando se enteraron los judíos y los griegos que vivían en Éfeso, el temor se apoderó de todos ellos, y el nombre del Señor Jesús era glorificado. 18 Muchos de los que habían creído llegaban ahora y confesaban públicamente sus prácticas malvadas. 19 Un buen número de los que practicaban la hechicería juntaron sus libros en un montón y los quemaron delante de todos. Cuando calcularon el precio de aquellos libros, resultó un total de cincuenta mil monedas de plata. 20 Así la palabra del Señor crecía y se difundía con poder arrollador.
BERTHA
SEÑOR SABES. QUE QUEREMOS. AMARTE CADA DIA MAS , SOLO TENEMOS GRATITUD. AGRADECIMIENTO AMADO PADRE, QUE. ALEGRIA TENERTE EN NUESTROS CORAZONES Y QUE SEA POR SIEMPRE Y PARA SIEMPRE, PARA ASI VER TUS FAVORES EN NUESTRAS VIDAS.
TE AMAMOS