Muerte de Jesús
44 Desde el mediodía y hasta la media tarde[a] toda la tierra quedó sumida en la oscuridad, 45 pues el sol se ocultó. Y la cortina del santuario del templo se rasgó en dos. 46 Entonces Jesús exclamó con fuerza:
—¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!
Y al decir esto, expiró.
La salvación es exclusivamente por fe, por un acto de arrepentimiento genuino, que nos lleva a confesar con nuestros labios y a creer en nuestro corazón en Jesucristo.
- Lo que no es la muerte de Cristo
- Lo que si es la muerte de Cristo
- Los dos malhechores
- Cosas que Él no dijo
- Hoy mismo estarás conmigo en el paraíso